Desde Biarritz, Romane Peychet Lacaze dibuja mujeres desnudas luchando con objetos cotidianos. Un universo lo suficientemente alocado como para invitarla a firmar toda una minicolección de verano.
"Me encanta la pureza del cuerpo desnudo y la suavidad de las formas que representan.
Crecí rodeada de mujeres fuertes e independientes, libres, sin pudor, en la cuenca de Arcachon, junto al océano y en playas naturistas. Un lugar donde se encuentran todo tipo de cuerpos, sin complejos. Probablemente por eso la feminidad y la desnudez se han convertido naturalmente en el motor de mi inspiración.
Me gusta mezclar mujeres y objetos cotidianos, y me gusta ver formas femeninas por todas partes en mi vida diaria. Mi dibujo es muy sencillo y despejado, algunos lo llaman "naturismo lúdico". Utilizo el menor número posible de líneas para que los dos elementos representados acaben siendo uno solo. Si tuviera que describir mi trabajo en una palabra sería "metafórico". Todo lo que hacemos, experimentamos y tocamos puede ser una metáfora. De la sociedad, de los estereotipos de belleza, del consumo en el amor, en la amistad o del consumo excesivo.
Mi trabajo es comprometido. Tomo la expresión "mujer-objeto" literalmente para jugar, pero también para denunciar el consumismo, los dictados de belleza y la liberación de la mujer. Pertenezco a la generación de mujeres "photoshopeadas" en las revistas, hasta el exceso sin que quede claro para el lector. Así que crecí con la "imagen perfecta" inventada por la sociedad a despecho de la mujer cotidiana. Mis ilustraciones son mi propia forma de representar esta época que durante mucho tiempo me ha hecho sentir cohibida y fuera de lugar. La comida, por ejemplo, representa para mí lo efímero por excelencia. Se devora, se saborea, se acaba y luego volvemos a empezar...".